Carbohidratos complejos y carbohidratos simples

Ayer, en este artículo, os hablé sobre algunos de los mitos que circulan sobre los carbohidratos. Hoy quiero extender un poco más ese tema hablándolos sobre los diversos tipos de glucógeno que existe. ¿Los conocéis? ¿Sabéis cuáles son? ¿Para qué sirven? Hoy os daré todas las claves.

                        Carbohidratos, ¿simples o complejos?

Los hidratos de carbono son los encargados de suministrar la energía que el cuerpo necesita para hacer todas las tareas diarias. Además de ello, desempeñan un papel muy importante en la digestión y en la asimilación de las proteínas y grasas. De acuerdo a su estructura, los glúcidos se dividen en dos secciones; Carbohidratos simples y complejos.

Carbohidratos simples

Los hidratos de carbono simples son azucares refinados que se digieren con gran velocidad pero que tienen un valor nutricional muy escaso ya que no contienen apenas nutrientes esenciales. Este tipo de hidrato está presente en galletas, chocolate, fruta, pasteles, dulces, mermeladas, miel y algunos productos que se elaboran con harina blanca y azúcar de mesa.

Carbohidratos complejos

Por el contrario, los hidratos complejos se absorben más lentamente y están formados por tres o más tipos de azucares, unidos en forma de cadena.  Debido a que la absorción de este nutriente es más lenta, éste no eleva tanto el azúcar en sangre, algo que sí hacen los simples. La mayor fuente de carbohidratos complejos se encuentran en verduras como el brócoli o la espinaca, también están en las legumbres, las judías o los cereales integrales.

Conclusión

Hay mucha diferencia entre un tipo de carbohidrato y otro, aun así no recomiendo la eliminación de la dieta del modelo simple. Es importante saber que algunos azucares de los productos simples, como es el caso de la fruta, contienen una gran cantidad de fibra y vitaminas. Por eso no recomiendo su eliminación sino su toma moderada.

Lo que sí recomiendo es la sustitución de aquellos hidratos que procedan de productos refinados como la bollería o los alimentos procesados. Esos no aportan nada más que grasa, azúcar y calorías, por muy ricos que estén.